lunes, 2 de enero de 2012

Comparsa "Juguetes" (2001) - Popurrit


Hola ¿Qué tal?
Ya encontré la aguja
del pajar.
La poesía como un roble
bajo el sol
y el duende 
de mi canción.
Un niño que arrancó,
con un "Sí", con un "No"
cada un pétalo de flor.
Para saber si el Carnaval
era su amor.
Y al descubrirlo
ese juguete despertó
y solo la quema de la bruja
será mi perdición.
Porque el reloj
de mi corazón
se come las pilas por Febrero.
"Mi alma va en el Puerto,
no estoy muerto".
Yo no soy de carne y hueso,
de trapo y madera
es mi cuerpo,
de madera de la cruz 
del Nazareno.

La madera me la dio
las tablas de cantar en un teatro,
que tanto me enseñó.
Mi madera a mí me dio
unas raíces de plata
de un árbol que vive al laíto
de una playa
y dicen que si se toca madera
es como tener un amuleto
que siempre te expulsa
lo malo
para traerte lo bueno.
Pues toquemos madera
para que no se derrumben
las espadas con la guerra.
Toquemos madera
para que el asesino
y el maltrato
se pudran las dos berreas.
Por el hambre y la pobreza,
por los pueblos en miseria.
Toquemos madera
para que Dios, de una vez,
a este mundo le abra las puertas.

Solamente
las notas musicales 
de los vientos
que dibujan
con las nubes, 
pentagramas
en el cielo.
Pueden hacer despertar
a unas bailarinas
que bailan como en el mar,
las viejas barquillas.
Ellas son la guardia 
que protege
el oro y el secreto
que puede guardar un joyero.
Pero si suenan los cuatro vientos 
abandonan el joyero.
Se ponen a bailar
como las gaviotas
en la Alameda.
Como una Virgen
por los cargadores
de mi tierra.
Como las olas
vestidas de blanco
a orillas de nuestra Caleta.
Pero cuando acaben
de bailar
a dormir se irán
con una nana de Carnaval.
"Anananita eahh".

Ya se ve la bandera negra
de la guerra.
Ya se ven los ejércitos
de cielo, mar y tierra
que vienen para acabar
con las críticas e insultos
que se hacen en Carnaval.
Por el cielo comienza
la batalla.
Bombardeando con pasodobles
de Paco Alba.
Y por la mar también vamos a atacar
porque gracias a mis playas
nadie, nunca, me vencerá.
Y por tierra llegan estos soldados
que vienen desfilando.
Muchos soldados hacen sus trincheras
con esas letras de Don Enrique Villegas
porque quieren acabar
con todos esos autores
que no se llaman poetas.
Por solo criticarse con la sangre
de una fiera.
Tan solo por un premio, mejor dicho,
por dinero.
Acabemos con esto:
"¡Apunten! ¡Fuego!".
A ver si así vienen pasodobles
como el del Vaporcito
del Puerto.

Se acabó
porque ya suena el "chachachá"
del tren.
Se acabó
pero está vez me llevo en mi equipaje
el pincel de San Pedro
como en el mar y que tantas veces
el cielo se puso a pintar,
y una caracola con sonido
de cómo juegan los chiquillos.
Los golpes de nudillos
en las peñas de mi barrio
que aunque sean pequeñitas
son como unos palacios
para el corazón del comparsista
y pa el recuerdo del gaditano.
Se acabó. Se acabó. Se acabó.
"Veo" al silencio andando
a mi conciencia.
Sentao en ese escenario
y que las puertas no se abren.
Sus "pulseras" se me caen
y mi cuerpo ya se parte,
el dolor se me oscurece
y las respuestas "empeñan",
la sal.
Y me quedo sin hablar
lo que responde la gente
cuando pienso en la muerte
en la muerte
por el Carnaval.

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