Buenos días, buenos días...
Buenos días
¡Qué día más lindo
ha parido la luna,
como esta mañana
no recuerdo ninguna.
Abran los balcones,
dejen entrar al cielo,
abran sus sentidos
y oigan al buhonero.
Están de suerte amigos,
un golpe de viento ha traido hasta esta
simpatiquísima localidad a:
¡La Milagrosa!
El carro prodigioso,
poderoso, maravilloso.
Millones, cientos, miles
han sido las personas que,
confiando en nuestras humildes manos,
han dado un giro a sus vidas.
Ciudadanos, ciudadanas,
hoy le verán la cara
a la vieja de occidente.
Tres mil años duermen
entre cuatro paredes
trocitos de Cai,
vamos a ver quién lo quiere.
Les ruego presten atención,
de uno en uno por Dios,
qué hay remedios para todos.
Pues traigo el poder inmortal
de la diosa del mar,
de cristianitos y moros.
En esta plaza tan linda
montaré por hoy mi puesto,
la Tacita está de saldo
y usted mismo pone el precio.
Para los niños chiquetitos,
pa esos cariños que se fueron,
para las duras y las maduras
to lo cura el buhonero.
Pa los mocitos y las mocitas,
para las viejas pellejonas,
para los celos y las envidias,
¡pa las lenguas criticonas!
Ungüentos, hierbas, elixires
y un milagro por persona.
La Milagrosa abre sus puertas
de par en par,
oir las ruedas como cantan,
lo que usted quiso y nunca tuvo
aquí está en el carromato,
si soñar es tan barato.
Salir de casa que el coplero ya regresó,
¡quién dijo que no volvería!
¡Ja, ja! ¡Se equivocó!
La Milagrosa les ofrece
sus mejores mercancias,
les desea buenos dias,
buenos días, buenos días
¡Buenos días!
Buenos días
¡Qué día más lindo
ha parido la luna,
como esta mañana
no recuerdo ninguna.
Abran los balcones,
dejen entrar al cielo,
abran sus sentidos
y oigan al buhonero.
Están de suerte amigos,
un golpe de viento ha traido hasta esta
simpatiquísima localidad a:
¡La Milagrosa!
El carro prodigioso,
poderoso, maravilloso.
Millones, cientos, miles
han sido las personas que,
confiando en nuestras humildes manos,
han dado un giro a sus vidas.
Ciudadanos, ciudadanas,
hoy le verán la cara
a la vieja de occidente.
Tres mil años duermen
entre cuatro paredes
trocitos de Cai,
vamos a ver quién lo quiere.
Les ruego presten atención,
de uno en uno por Dios,
qué hay remedios para todos.
Pues traigo el poder inmortal
de la diosa del mar,
de cristianitos y moros.
En esta plaza tan linda
montaré por hoy mi puesto,
la Tacita está de saldo
y usted mismo pone el precio.
Para los niños chiquetitos,
pa esos cariños que se fueron,
para las duras y las maduras
to lo cura el buhonero.
Pa los mocitos y las mocitas,
para las viejas pellejonas,
para los celos y las envidias,
¡pa las lenguas criticonas!
Ungüentos, hierbas, elixires
y un milagro por persona.
La Milagrosa abre sus puertas
de par en par,
oir las ruedas como cantan,
lo que usted quiso y nunca tuvo
aquí está en el carromato,
si soñar es tan barato.
Salir de casa que el coplero ya regresó,
¡quién dijo que no volvería!
¡Ja, ja! ¡Se equivocó!
La Milagrosa les ofrece
sus mejores mercancias,
les desea buenos dias,
buenos días, buenos días
¡Buenos días!
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